lunes, 6 de junio de 2011

LA MOTIVACIÓN: EL FACTOR EFFIN



Fundamental también a la hora de referirnos a temas relacionados con el aprendizaje es la motivación de los estudiantes. Es muy importante atraer la atención del alumno. Duchastel realizó interesantes estudios sobre el tema de la motivación, utilizando para ello lo que denomina el "factor effin", que trata de relacionar el interés por una materia con el esfuerzo requerido para aprenderla. Este ratio captura la relación que hay entre el interés inherente que una persona ve en un tema o actividad concreta, y el esfuerzo que esa persona está dispuesta a dedicar a su exploración.

El factor effin se fundamenta en nuestra curiosidad natural por el mundo que nos rodea, y en el fácil acceso a la información que en cada momento deseamos obtener. Es importante que en el mismo momento en que se siente ese apetito por la información, éste pueda saciarse. De otra manera, es muy posible que se pierda el interés. De ahí la importancia de la disponibilidad inmediata de la información, pues un retraso incrementa el esfuerzo mental necesario para mantener vivo el interés.

El factor effin implica una clara conclusión: cuanto más esfuerzo se necesite para aprender sobre un determinado tema, mayor ha de ser el interés intrínseco que ese tema tenga para el estudiante. Si el esfuerzo requerido es grande, se tenderá a perseguir sólo aquellos objetivos que tengan un gran interés. Por otra parte, si el esfuerzo requerido es mínimo, entonces hay muchos temas que pueden recibir atención y ser aprendidos. De esta forma, si se consigue reducir el esfuerzo necesario para el aprendizaje, el interés potencial puede crecer, y la curiosidad natural tiene una oportunidad para florecer.

Por supuesto, esta idea admite serias objeciones, por ejemplo que aprender es una actividad que, queramos o no, requiere, e incluso "debe" requerir, esfuerzo. También se puede argüir que, en muchas ocasiones, los retos suponen un elemento motivador.

Será labor del diseñador de la acción docente el encontrar un equilibrio entre estas ideas, ofreciendo al estudiante retos de nivel adecuado que contribuyan a aumentar su motivación, y que no le supongan esfuerzos extraordinarios que les hagan perder interés.

También habrá de jugarse con la idea de la necesidad: no sólo buscaremos el satisfacer la necesidad de información y conocimiento en el momento en el que ésta surja, sino que trataremos ante todo de generar dicha necesidad. Se trataría entonces de construir una estrategia en la que, antes de exponer cualquier concepto nuevo, se crea en la mente del estudiante una necesidad de conocerlo, a través del planteamiento de algún tipo de reto o problema abordable y motivador cuya resolución requiera de ese conocimiento, para posteriormente, una vez surgida la necesidad y, por consiguiente, con un estado de receptividad idóneo para ese nuevo conocimiento, exponerlo.

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