martes, 19 de enero de 2010

Alfabetización digital: un reto, una necesidad


Todos sabemos que un ratón no sólo es un ser vivo, que para algunas personas es más difícil agarrar el ingenio informático que el animalito. Que se pierde la flecha en la pantalla y se esconde cada vez que mueve el dichoso ratoncito sobre la alfombrilla. Que porqué se llama alfombrilla a una cosa tan pequeña para mover un ratón, hay poco espacio en la mesa para que la flechita se mueva desde el inicio hasta programas.

Aquí no se nos juntan las letras, se nos pierde el cursor, se cliquea sobre otro icono, se abren programas que no tenemos intención de abrir, se abren persianas grises, por qué tiene el ratón dos botones y una rueda; hay que moverlo al mismo tiempo que se cliquea, un horror!!!!

No se puede mirar a la pantalla y mover el ratón al mismo tiempo, escribir en el teclado, un teclado que tiene letras diseminadas al azar, con botones rarísimos como los que empiezan por F, flechas, números que a veces salen y a veces no salen,...

Todo esto y más es lo que siente una persona que nunca ha dialogado con un ordenador de sobremesa, sin añadidos de internet, correo, chats, foros, plataformas elearnings, tareas de mantenimiento,... sólo para escribir un texto en cualquier procesador de textos.

Dificultades extremas, y por supuesto RECHAZO a la informática. Están fuera de juego, extempóreas, y apartadas de toda posibilidad de disfrute y satisfacción.

Por ello sirva este apunte como una reflexión para entender a un colectivo que quisiera pero no puede. Es necesaria una formación inicial para aprender a manejarse con estos aparatos, el libro de instrucciones es enormemente grande y confuso, necesitan una mano amigable que las guie por este terreno: se entiende ahora la necesidad de una ALFABETIZACIÓN en estos temas.

Desde cualquier foro, esta es mi aportación, desde cualquier foro. Es decir, no es necesario acudir a un centro especializado en impartir cursos, ni a una escuela de informática aplicada,... es más secillo, partiendo de tener cercano el acceso a un ordenador (hay que montarse en bici para aprender a pedalear sin caerse, y por supuesto hay que caerse varias veces...) y al lado una personas que guíe (cualquiera que tengapocos o muchos conocimientos en la materia puede servir, si tiene pocos pero bien aprendidos mejor; por aquello de ahorrar tecnicismos innecesarios).

El aprendizaje de otro compañero/a es más útil que el de un docente situado en clase magistral, en más llano, más accesible, va al grano, y... te da truquillos...

Evidentemente, un buen tutor juega su papel, pero aquí prima más el aprendizaje significativo, encontrarte con las dificultades y superarlas con el apoyo del compañero. Evitar el método ensayo- error (si pulso aquí a ver qué pasa: me dice la pantalla que aceptar o cancelar en el mensaje ¿format c:\?).

La motivación por el aprendizaje se refuerza con los logros inmediatos, si dejamos estos en manos de un docente que dirige un grupo variado y hererogéneo, como puede ser el de una sesión en una academia especializada, surgen los clofictos de competencia y la sensación de incapacidad y minusvalía informática.

Lo dejo en el aire...

Navegar vs libertad


Navegar al viento, donde me lleven las olas, libertad de la inmensidad, del ancho mar; poner rumbo sin rumbo,... estas serían las plegarias de un viejo lobo de mar, al igual que la navegación cibernética sería el suño dorado de un internauta,...pero, hay que tener cuidado con los piratas, lo tiburones y las marejadas; tenemos que saber cómo afrontar las dificultades, contra esto existen herramientas y sobre todo una buena dosis de EDUCACIÓN.
Muchos temores albergan los padres y madres de adolescentes cuando navegan por las turbias aguas de los canales que conducen a páginas "no deseadas" por los padres (plural de papás y mamás). ¿Cómo es posible limitar el acceso a una red que de por sí tiene una filosofía de libertad?, ¿si yo tengo instalado software libre en mi ordenador, cómo voy a coartar la libertad para navegar?, pero, en resumidas cuentas es que yo no quiero que mi hijo/a visite páginas no deseadas (eufemismo de páginas de sexo). Eso sí, no me importa que visite páginas de cómo se piratea el canal plus, o cuáles son los códigos del decodificador digital para poder ver los partidos gratis.

Hipócrita sociedad que se venda los ojos para no ver el significado de la palabra libertad. ¿los tenemos también vendados nosotros? ¿qué es más lícito, que nuestro hijo/a vea una teta, o que sepa cómo engañar a toda una sociedad pirateando códigos, vídeos, música,...?. Claro que de esto último los adultos ignorantes de cómo se navega por internet sacan partido y beneficio, pues ven y oyen lo pirateado.

Esto no algo sólo del ámbito familiar, sino que trasciende incluso a las empresas privadas y públicas; limitan el acceso a internet ( un juego de niños, porque con la cantidad de programas específicos que hay en el mercado, la empresa que se encarga de la asistencia informática de la Administración X sólo se le ocurre limitar el acceso con un control paternal, je, je), con ese control inexpugnable que se salta un chaval de 12 años; pero no limitan la cantidad de correos basura con intercambios de pps, videos,... pero esto es otra historia.

La eterna lucha está en limitar, limitar y limitar. Cuando en realidad el meollo está en EDUCAR, EDUCAR y EDUCAR. ¿El acceso no es libre? pues dejémoslo libre. Lo importante es educar en la concienciación de que navegar por internet es como andar por la calle, si tú realmente confias en que tu hijo/a sabe dónde va, basta acompañarle en algún tramo del camino y, con aproximaciones sucesivas, ir dejándolo sólo/a. Un chaval o chavala de 14 años va sólo/a al instituto, le puede pasar algo en la calle, pero confiamos y nos arriesgamos, porque está educado en ello. Navegar por internet es lo mismo. Lo importante es saber dónde va y cómo llegar.

La idea que propongo es marcar una ruta, un camino, un objetivo previamente al comenzar a usar el ordenador, y como le dijo la madre a Caperucita: no te adentres en el bosque, que está el Lobo. Esto es igual, se acuerda un tema o una tarea y se vigila que no se salga del camino, y posiblemente no aparezca "el Lobo" (nuevo eufemismo). Poco a poco irá formándose la idea que internet es como salir a la calle, si sales sin rumbo te la pueden dar mortal, te estças adentrado en "el bosque".

Visitando varios portales "peligrosos" te das cuenta que todos ofrecen las más diversas opciones para todo tipo de personas, y si no dispones de un "anti pop up" se te llena el escritorio de ventanitas emergentes con los anuncios más estrambóticos; al principio te pierdes en un mar de opciones y, lo peligroso es caer en los elementos emergentes que pronto te piden dinero para entrar en el site. Antes era peor, porque estaba la guillotina del dialer a través del teléfono. Quién no ha escuchado la noticia del que ha tenido que pagar mostruosas cantidades en llamadas a determinados números por entrar en estas páginas de pago, a veces sin conocer el sistema. Las redes de este tipo de páginas está muy extendida, incluso en portales de juegos aparecen anuncios que enlazan con ellas, emergiendo, a veces,llamadas de falsas conexiones simulando el menssenger. las páginas de humor se llenan de banners asociados a "páginas no deseadas", la lista de "páginas amigas" publicadas en páginas de juegos, descargas desde clientes p2p, son por lo general enlaces de "lobos". Si se educa en todo esto el/la navegante sabrá esquivar los escollos y sabremos que saldrá de la ignorancia informática en este aspecto.

¿Limitar el acceso? ¿no será que somos nosotros los limitados? Educar en la ciudadanía también es educar en la cultura del ocio y sus peligros.

Espero respuestas...