jueves, 31 de marzo de 2011

SOBRE EL AUTISMO


El próximo día 2 de abril se celebra el Día Mundial de concienciación sobre el autismo.

Quitense la imagen de las películas y quédense con un trastorno que implica no solo a quien lo padece si no a quien le rodea; somo seres gregarios que dependemos en cierta medida unos de otros, la comunicación es el medio de relación social y vital, al no existir un cauce para establecerla con una persona autista, la familia padece la ausencia de este ser y se convierte en una tortura permanente. Una madre decía que lo que más le dolía es no recibir besos de su hijo de 8 años, no recibir miradas de cariño o simplemente conversar con él.

Los criterios de diagnóstico sobre el TEA (Trastornos sobre el Espectro Autista) los marca la DSM IV (el manual diagnósitico y estadístico de trastornos mentales, desarrollado por la Asociación Psiquiátrica Americana), y el CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades, desarrollado por la OMS).

El conocimiento del autismo es ahora mucho más amplio. Ya sabemos que no es una enfermedad, sino un trastorno que dura toda la vida. Empezamos a conocer algunos factores genéticos relevantes y hemos aprendido que no hay incapacidad o ausencia de relación sino "dificultades" para comunicarse. Esta nueva percepción supone un cambio fundamental en la manera de abordar la intervención ya que, a partir de este momento, nos hallamos ante un concepto mucho más flexible y dinámico: "La persona con trastornos del espectro del autismo"

Ahora, el ámbito de actuación es más abierto y esperanzador, ya que sabemos que trabajamos con niños y niñas, con adultos que poseen identidad propia y que deben ser contemplados de forma individual y única. Trabajamos con personas:
- con unas características especiales
- con necesidades de apoyo
- con deseos, emociones, necesidades y sentimientos.
- con derechos
- con deberes
- con un futuro que no puede separarse del resto de la sociedad, esto es, crecer y desarrollarse dentro del marco de relaciones que forman el tejido social en igualdad de condiciones a los demás individuos.

La educación, el derecho a una vida lo más autónoma posible, el ocio, el trabajo, la amistad... han dejado de ser ideas extravagantes. Son los objetivos y, para alcanzarlos, debemos modificar nuestras estrategias.

Ahora las actuaciones con personas autistas consisten en disponer de los apoyos necesarios para que cada sujeto se desarrolle de acuerdo a sus características. Supone, entre otras cosas, que los esfuerzos se centran en explotar las capacidades y hacer el mundo más accesible e inclusivo, más de todos.

Los principios sobre los que están orientados los objetivos de trabajo están basados en una serie de valores:
-Respeto a la identidad de la persona
-Derecho a elegir y a que se respeten sus preferencias
-Derecho a la vida en comunidad
-Derecho a una vida lo más autónoma posible
-Derecho al trabajo
La nueva definición de autismo, los modelos de calidad de vida, las manifestaciones de las personas con autismo... nos aportan pistas para trazar el camino. A partir de ellas podremos desarrollar esos criterios comunes y, entonces, compartir el futuro.

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