viernes, 18 de junio de 2010

Crisis


Si tuviésemos que definir un objeto tangible realizaríamos una descripción física y funcional, cómo es y para qué sirve. Un niño o una niña entendería pronto su significado, e incluso podría generalizar el aprendizaje e incorporar el vocablo a su bagaje.

Cuando hablamos de términos no tangibles, no visibles o sujetos a situaciones, emociones,... es más complicado. Algunas veces se incorporar términos que diferencian a la definición: sinónimos, antónimos, ... o demostraciones en vivo: frío - calor, rápido - lento,... no se ven pero se sienten.

En un sentido amplio podemos decir que la vida es un estado de crisis casi permanente apenas interrumpido por lapsos de relativa inestabilidad, Una crisis va a aparecer en la vida de una persona cuando un determinado suceso amenaza con alterar su equilibrio personal, en sentido tanto favorable como adverso.

Podríamos decir que la crisis se siente y se padece, pero es complicado definirla; cuándo comienza, cuándo finaliza. La podríamos definir como un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.

Padecemos crisis desde muy temprana edad, el nacimiento natural es un estado de tensión para el neonato, la infancia y la resolución de los conflictos edípicos, las situaciones sociales y escolares, la responsabilidad frente a otros individuos. De la misma forma que el mundo laboral vertebra la actividad de la persona adulta, la escuela lo hace en la infancia. Rebosamos crisis por los poros.

Es casi tangible, ¿no?, sufrimos, sudamos, lloramos, nos irritamos, nos excitamos,... luego... es razonablemente explicable.

¿Se podría intentar explicar la crisis económica a un niño/a? ¿Lo intentamos?

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