Hace poco me encargaron la tutorización de dos alumnas que realizan actualmente su periodo de prácticas en empresas.
Se firma un contrato y se establecen las claúsulas para que el proceso llegue a buen puerto.
El dilema es que cuando vienen personas ajenas a la empresa, y son de prácticas, qué trabajo hacen, ¿Se integran a la plantilla y funcionan como uno más? ¿se les asigna trabajos de "bajo nivel" y "alto rendimiento" para aliviar la presión de la carga de trabajo actual?. ¿Se asignan tareas en función de su currículum de los estudios y se le forma sobre los aspectos laborales que sean interesantes para su aprendizaje?.
Creo que esto último es la esencia de unas buenas prácticas. Me he visto en un dilema, pues me han sometido a la presión de asignar otras tareas a estas dos chicas y ser criticado por "perder el tiempo" en enseñarles el funcionamiento interno de la empresa, aspecto que considero muy importante para el posterior desarrollo de sus futuros profesionales.
Que tengan una visión general del mundo laboral, que vivan y experimenten con una realidad adaptada a sus conocimientos académicos, que investiguen o descubran cómo se realizan determinadas tareas sin ofrecer la solución inmediata (aprendizajes significativos y teoría cognitiva del aprendizaje). Todo esto es pura demagogia cuando el interés es "sacar el trabajo adelante, que tenemos bulla".
Al final, intento que se conjuguen mis impresiones sobre lo que deben ser unas buenas prácticas empresariales con una realidad sobre las necesidades laborales que se deben cubrir con contratos de trabajo, y no con alumnado becario.
Afortunadamente, Desirée y Sara son dos excelentes estudiantes y becarias que ponen todo su ímpetu en el desarrollo del trabajo y, como la que más, como si formaran parte de la empresa, trabajan.